Déficit de vitamina C: síntomas, riesgos y consejos de prevención

La vitamina C es uno de los nutrientes que más presentes tenemos a la hora de cuidarnos. Pero ¿sabes identificar y prevenir el déficit de vitamina C? Después de esta lectura seguro que sí.

Síntomas por falta de vitamina C

Cuando nuestro organismo tiene una carencia de nutrientes y vitaminas —ya sea una deficiencia de vitamina K, vitamina D o vitamina C—, hay ciertas señales que podemos observar. Estos son los principales síntomas por falta de vitamina C:

Huesos débiles.
• Piel seca.
• Uñas cóncavas.
• Piel irregular (con protuberancias similares a las del acné).
• Vello corporal con una ondulación similar a la de un sacacorcho.
• Folículos pilosos rojos.
Moratones y hematomas abundantes.
• Cicatrización lenta de heridas.

Riesgos ante un posible déficit de vitamina C

  • Peor absorción del hierro. Quienes presentan un nivel bajo de ácido ascórbico, como también se conoce a la vitamina C, presentan mayores problemas para absorber hierro. Esto es común entre quienes padecen escorbuto (una enfermedad muy común en marineros por la falta de ingesta de frutas y verduras).
  • Sistema inmune debilitado. La vitamina C tiene un importante papel en el mantenimiento de nuestras defensas inmunitarias para hacer frente a infecciones y virus. Si nuestro organismo no presenta suficiente, no podrá activarse ante agresiones externas.
  • Recuperación más lenta ante cirugías o intervenciones. Cuando la vitamina C no está en sus niveles óptimos, el proceso normal de cicatrización de la piel ante heridas se ralentiza.
  • Falta de energía y sensación de cansancio. La vitamina C, al igual que el magnesio, contribuyen a mantener nuestros niveles de energía en buen estado. Un descenso en su dosis puede transformarse en cansancio.

Pautas para anticiparse al déficit de vitamina C

  1. Ingerir cada día alimentos con vitamina C. Nuestro organismo no puede almacenar la vitamina C, así que necesita cada día su dosis. Asegúrate de comer cítricos, fresas, pimientos, grosellas negras, patatas o brócoli, entre otros, a diario.
  2. Identificar si estás entre los colectivos más propensos a tener falta de vitamina C. Las embarazadas, las personas que fuman, quienes consumen poca fruta y verdura, y quienes ingieren muy poca comida son los grupos que pueden padecer con mayor frecuencia un déficit de esta vitamina.
  3. Observar de forma periódica si sufrimos algún síntoma de falta de vitamina C. Resulta vital que, si has notado alguna de las señales, se lo traslades a tu médico.
  4. Valorar la posibilidad de empezar a tomar un complemento alimenticio de vitamina C. De esta forma podrás incorporar a tu organismo el aporte diario mínimo. Los que te recomendamos son aptos para veganos, intolerantes a la lactosa y al gluten.

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Importante: si piensas que puedes tener déficit de vitamina C, acude a tu médico. Este post es meramente informativo. No debe usarse en ningún caso como sustitución a la consulta de un médico.